lunes, 21 de junio de 2010

12ª EXPOSICIÓN: HOMOSEXUALIDAD



Última exposición, y con ella llega una de las temáticas a las que “más ganas” le tenía… el colectivo homosexual.

Para empezar:

“Es un porcentaje pequeño, pero significativo. Según un informe del Ministerio de Sanidad, la homosexualidad es una enfermedad para el 15% de los españoles, una cifra que asciende hasta el 18% en el caso de los hombres. Este el resultado de un estudio preliminar a la definición de la primera estrategia nacional de salud sexual y definitiva, que sitúa al colectivo LGBT en contextos de vulnerabilidad social en materia de salud sexual.

Aún así, y a pesar de lo alarmante que parece el titular en varios medios de comunicación, la situación no es tan mala. Además de ser una cifra totalmente minoritaria en el conjunto de la sociedad, la homofobia está más instalada entre los ciudadanos de mayor edad. Así, entre los encuestados de más de 55 años, el 23% de los hombres y el 17% de las mujeres están poco o nada de acuerdo en que la homosexualidad es una opción respetable”.




La fuente de esta noticia es el blog “ambiente g”. Y yo me pregunto: ¿de verdad la situación no es tan mala? En fin, supongo que teniendo en cuenta lo que ha venido sufriendo el colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) es comprensible que se “conformen” con esto. Pero lo cierto es que en pleno siglo XXI me parece detestable que siga habiendo gente que vea la homosexualidad como una enfermedad.

De hecho, me parece lamentable que se vea la homosexualidad como algo raro, antinatural o incomprensible para la mente de algunos (estrechos de mente si se me permite), pero… ¿enfermedad? ¿De verdad están al mismo nivel la homosexualidad y la esquizofrenia, por ejemplo?

Y es que este tema sí que me afecta personalmente, simple y llanamente porque me parece absurdo que el colectivo homosexual se considere una parte de la sociedad desadaptada… sinceramente, para mí los desadaptados son aquellos que tachan la homosexualidad como enfermedad.

Es por esta razón, que si que considero adecuado tratar el tema en la asignatura, desde la perspectiva que aún hoy sigue habiendo rechazo y discriminación hacia lo homosexual, pero en ningún caso pienso que éstos deban ser intervenidos ni social ni educativamente (me reitero, quizá los que se proclaman en contra de ellos son los que debieran ser intervenidos…)

La homosexualidad ha tenido una evolución un poco semejante al recorrido de una montaña rusa. En la antigua Grecia, era algo natural y aún hoy se sabe de importantes personajes que eran abiertamente homosexuales o bisexuales (aunque la gran industria del cine americano convierta al amante de Aquiles en su primo… ejem ejem).

Con el paso del tiempo, esto fue cambiando y vemos como por ejemplo en la dictadura franquista era algo impensable ser abiertamente homosexual, y ni hablemos ya de muestras de cariño en público (bueno, en la dictadura franquista esto estaba prohibido para todos). Un homosexual podía ser asesinado o ingresado en prisión bajo la Ley de Vagos y Maleantes en menos que canta un gallo.

Y llegamos a los tiempos actuales. Por suerte, a día de hoy, en este país se permite todo tipo de amor hacia el otro, sea éste del sexo que sea, e incluso, desde no hace mucho, se les ha reconocido el derecho a casarse. A pesar de que muchos digan que una pareja de casados del mismo sexo no forman un matrimonio.

Este rechazo hacia lo homosexual creo que viene dado por la cultura y sobre todo por la ideología, política y religiosa. Pero también pienso que hay mucho individuo que va de tolerante y liberal y cuando va por la calle y ve a dos chicas besándose mira hacia otro lado. O que llama “maricón” al árbitro de un partido que está viendo desde el salón de su casa, con su hijo de siete años sentado a su lado.

Y es que puede que mi discurso sea excesivamente sentimentalista, pero… ¿Quién nos creemos que somos para juzgar o decidir a quién deben amar los demás? ¿Qué nos importa con quien comparta cada uno la cama?

Quizá me he perdido algo, pero por más que busco definiciones de “amor” no encuentro por ningún lado que diga que sólo puede ser hacia una persona de sexo opuesto.

Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

Ah! Claro! Que éste es el problema… que las parejas homosexuales no pueden procrear… entonces una mujer o un hombre estéril… ¿tampoco pueden amar y ser amados? ¿Acaso no pueden casarse y vivir en pareja?

Cuanta hipocresía hay en el mundo. Qué importantes nos creemos los humanos cuando sentenciamos a quién podemos y a quien no podemos amar o desear. Con quién debemos mantener relaciones sexuales y con quién no.

Pero bueno, algún día llegará el momento en el que sólo importe el hecho de ser felices y elegir libremente con quien queremos serlo. Sin importar sexo o raza. Sólo espero que ese día no se haga mucho de rogar… porque ya han sufrido bastantes humillaciones y persecuciones a lo largo de la Historia.

Y con esto termino mi entrada, con una de esas personas que fue perseguido, despreciado e incluso asesinado por su condición sexual: HARVEY BERNARD MILK, político y activista gay estadounidense, que se convirtió en el primer hombre abiertamente homosexual en ser elegido para un cargo público en los EEUU, miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco en 1977. Y uno de los mayores activistas en pro de los derechos de los homosexuales que se recuerdan. Murió en 1978 al dispararle un rival político. Fue un ejemplo para muchos, y gracias a valientes como Harvey se consigue que cada vez más, la homosexualidad sea una elección que tomar y con la que poder vivir libremente.

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