martes, 20 de octubre de 2009

HOY EN CLASE... Isla de las flores, de Jorge Furtado


Año 1989, concretamente un sábado 17 del mes de junio. En el Festival de Gramado (Brasil) se estrena un cortometraje que tiene por director a Jorge Furtado titulado “Isla de la flores”, durante los 13 minutos que dura el corto, los contrincantes de Jorge se dan cuenta de que no tienen nada que hacer, ese año hay un claro ganador.

Año 2009, concretamente un martes 20 del mes de octubre. Veinte años después, la realidad que reflejaba Isla de las Flores y que era como un puñetazo en la cara para todos y cada uno de los espectadores, no ha cambiado, ni siquiera podemos decir que haya mejorado.

¿Qué tiene Isla de las Flores de especial? Podríamos decir que nada, no tiene grandes efectos especiales (sí, en 1989 también se podía hacer alguna virguería), no gozaba de un gran presupuesto, no es una historia comercial, ni está formada por un elenco de reconocidos actores. La Verdad; eso es lo que tiene, que relata con dureza la situación real que se estaba viviendo entonces y que se sigue viviendo hoy en día en multitud de puntos del planeta.

Quizá si tiene algo de especial, aunque el cortometraje se desarrolla a un ritmo rápido, la conclusión final que transmite, es muy sencilla: no podemos permitir que un animal vaya por delante de un ser humano, con todos mis respetos hacia los animales. No se debe consentir que en el siglo XX y aún en el siglo XXI, exista una pobreza tan extrema que haga que unos tengan que comer los tomates que no quiere el cerdo, mientras que otros podemos comernos al cerdo acompañado de una rica salsa de tomate.

¿De quién es la culpa?, ¿De la mujer a la que se le rompe un huevo camino a casa y tira la caja entera con los 12 huevos dentro?, ¿Del señor que permite que sus cerdos se alimenten antes que unos seres humanos que viven a pocos metros de él? ¿O la persona que se lucra de ello? ¿No la tiene nadie?¿La tienen todos? Es más… ¿la tenemos todos?

Una cosa está clara, la pobreza no es algo nuevo, siempre han existido los ricos y los pobres, pero es muy triste comprobar que hay mucha gente, demasiada, que padece pobreza absoluta. Porque como se explica en Isla de las Flores, los seres humanos nos distinguimos de los animales por un telencéfalo altamente desarrollado, nuestro pulgar oponible y por ser libres. Libertad, “la palabra que el sueño humano alimenta, que ni hay nadie que la explique ni nadie que no la entienda”. Pero… ¿son libres las personas que para comer tienen que esperar a que el cerdo elija antes? A mi juicio no, y esto es lo que hay que cambiar.

Por último me quedo con una gran frase escuchada en el corto:

NO HAY MUCHAS FLORES EN LA ISLA DE LAS FLORES…

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