miércoles, 12 de mayo de 2010

1ª EXPOSICIÓN: ACOSO ESCOLAR

Aún hoy me acuerdo como si fuera ayer de la primera vez que escuché la palabra BULLYING…

Era el año 2004 y yo estaba en mi primer año de instituto, tenía 15 años y una profesora nos entregó a cada alumno una fotocopia de una noticia de un periódico. En ella se hablaba de JOKIN, un chaval de 14 años que se había suicidado en Hondarribia (Guipúzcoa) al arrojarse desde unas altas murallas. ¿El motivo? Ya no pudo aguantar más.

El año anterior, había recibido constantemente burlas y vejaciones por parte de algunos compañeros de clase, y en las vacaciones de verano, al coincidir en un campamento las cosas empeoraron… un monitor descubrió a unos cuantos chicos fumando porros y aunque Jokin también fue castigado, los demás decidieron que él había sido el chivato.

El nuevo curso se convirtió en un infierno para él. Las burlas y vejaciones pasaron a ser agresiones y maltrato físico. La gota que colmó el vaso llegó el día que sus compañeros de aula, para conmemorar el primer aniversario del “memorable” día en el que Jokin se hizo sus necesidades fisiológicas encima, decidieron llenar de papel higiénico la clase. Lo más duro: la propia profesora fue la que hizo a Jokin recoger y limpiarlo todo.

Y ya no pudo más… su vida, que con 14 años debería ser muy sencilla, se había convertido en un infierno para él, y sus compañeros de clase, los que, normalmente, deberían ser sus amigos, eran ahora sus demonios personales. Decidió acabar con todo y con todos.

Y se convirtió en un ejemplo para los demás.

Y dio a conocer una realidad para muchos desconocida.


Y fue la inspiración que empujó a muchos chicos en su situación a dar la voz de alarma.

Y jamás le olvidaremos.

Y él es una de las razones por las que quiero ser educadora social.









¿Qué entendemos por Bullying? Se podría definir como las situaciones de acoso, intimidación y victimización, en las que uno o más alumnos/as persiguen e intimidan a otro u otra —víctima— a través de varias formas, ya sean verbales, psicológicas, agresiones físicas o aislamiento social (insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, motes, agresiones físicas, amenazas y coacciones...) pudiendo desarrollarse a lo largo de meses e incluso años, siendo sus consecuencias ciertamente devastadoras.

El primero en definir este fenómeno fue Dan Olweus, profesor de psicología de la Universidad de Bergen (Noruega 1998), para quien la victimización o “maltrato por abuso entre iguales”, es una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro u otra, al que elige como víctima de repetidos ataques.

En general, el bullying pertenece a los primeros cursos de la ESO y conforme se va pasando de curso, el índice de acoso escolar va disminuyendo. Por otro lado, si tenemos en cuenta el género, el acoso escolar es un fenómeno generalmente masculino. La mayoría de estudios consideran que son más los alumnos varones que se consideran tanto agresores como víctimas en cualquiera de las formas de acoso.

Me parece adecuado mencionar a los tres vértices del “Triángulo del Bullying”: acosadores; víctimas y espectadores, y el papel que juegan en todo esto. Aunque, a mi juicio, tanto profesores como padres del acosador y del acosado son muy importantes en estos casos.

Comenzaré por el acosado, que, al fin y al cabo, no es más que una víctima. Y de hecho, aunque hay un perfil muy delimitado, lo cierto es que existen dos tipos de alumno acosado:

Víctima Pasiva: Suele ser débil físicamente e insegura, por lo que resulta un objetivo fácil para el acosador. Otras características de las víctimas pasivas serían: introversión, escasa autoestima, ausencia de amigos o depresión, aunque algunos de estos rasgos podrían ser consecuencia del acoso.


Víctima Provocadora: Suele tener un comportamiento molesto e irritante para los demás (en algunos casos podría tratarse de niños hiperactivos) que reaccionan negativamente hacia ellos. En ocasiones, sus iguales les provocan para que reaccionen de manera inapropiada, por lo que el acoso posterior que sufren podría llegar a parecer justificado.

Por su parte, los acosadores tienden a usar la intimidación física o las amenazas, sin importarles el género de sus víctimas. La intimidación de las niñas es con mayor frecuencia verbal, usualmente siendo otra niña el objetivo. Los bullies pueden estar deprimidos, llenos de ira y afectados por eventos que suceden en la escuela o en el hogar. Los niños que son el blanco de los intimidadores también tienden a caer bajo un perfil particular. Los intimidadores a menudo escogen niños que son pasivos, que se intimidan con facilidad o que tienen pocos amigos. Las víctimas también pueden ser más pequeños o menores a quienes se les hace muy difícil defenderse a sí mismos.

Como último vértice del triángulo he nombrado a los espectadores, ellos pueden apoyar a los agresores y provocar que la situación empeore, o ser incluso ellos los que han impulsado a otro compañero a realizar la acción. También pueden hacer todo lo contrario, y defender a la víctima de manera directa, es decir interviniendo ellos, o indirecta, haciendo que otros, por ejemplo, profesores del centro, lo hagan. Con este tipo de respuestas, los espectadores, que al mismo tiempo son la mayoría de los alumnos, dejan claro que el agresor no tiene derecho a hacer lo que está haciendo y que la víctima no está sola ante lo que está sucediendo. En muchas ocasiones es el miedo a ser agredido o acosado lo que hace que el resto de compañeros no se implique en favor de la víctima. Sin embargo, los espectadores resultan muy eficaces en la solución del maltrato ya que éste puede continuar sólo si los espectadores lo toleran.

Las peores consecuencias las sufre la víctima de bullying. Sufrir acoso escolar puede acabar en fracaso escolar, ansiedad anticipatoria o fobia al colegio, con lo que configura una personalidad insegura para el desarrollo óptimo de la persona, a nivel personal y social. Y la peor consecuencia de todas, el suicidio, como única vía para escapar de la situación.

No hay que olvidar además, el hecho de que la asistencia a clase sea obligatoria y que implique necesariamente formar parte de un grupo, aumenta el malestar experimentado por quien sufre el maltrato de sus compañeros. Además son las víctimas y no los agresores, los alumnos a los que se les suele cambiar de colegio o instituto para evitar la situación, con lo que el agresor sigue en el mismo centro y puede continuar con sus batallas contra otro alumno.


Me parece que podría servirnos de ayuda mostraros la intervención educativa que se lleva a cabo en casos de acoso y maltrato escolar que mi compañera de grupo Ania elaboró para nuestro trabajo, “adolescentes en conflicto” y que más adelante comentaré.

Las actuaciones que se llevarían a cabo en el caso de darse una situación de acoso escolar serían inmediatas y de “carácter urgente”. Tras un conocimiento de la situación por parte de cualquier miembro de la comunidad escolar se comunicaría inmediatamente a un profesor/a, tutor/a, orientador/a o al equipo directivo, que a su vez se los comunicaría a la familia. En el caso de que se confirmara, las actuaciones posteriores estarían coordinadas por el equipo directivo, con el apoyo del orientador y el tutor.

El primer paso es la adopción de medidas de carácter urgente, entre las que se encontraría:

- Apoyo directo al alumno afectado.
- Revisión de la utilización de espacios y tiempos del centro.
- Aplicación del RRI (Reglamento de Régimen Interno).
- Comunicación a las familias de los implicados.
- Tendría lugar una comisión de convivencia.
- En este punto se pondría en conocimiento y se denunciaría a instancias superiores.

Se llevarían a cabo varios planes de actuación, el jefe de estudios del centro coordinaría la confección del documento.


Uno de los planes sería para ayudar a la víctima a través de:

- Apoyo y protección.
- Programas de estrategias específicas.
- Posible derivación a servicios externos.


Con el agresor/es se llevarían cabo actuaciones tales como:

- Aplicación del RRI.
- Programas y estrategias de modificación de conducta y ayuda personal.
- Posible derivación a servicios externos.


Con los compañeros más directos de los afectados se llevarían a cabo actuaciones
dirigidas a la sensibilización y el apoyo entre compañeros.
Además de los alumnos también se llevarían a cabo actuaciones con las familias:

- Orientación sobre indicadores de detección e intervención a través de pautas de actuación.
- Información sobre posibles apoyos y otras actuaciones de carácter externo.
- Seguimiento del caso y coordinación entre familia y centro.

También, el centro llevaría a cabo actividades con:

Alumnos
- Sensibilización y prevención.
- Para la detección de posibles situaciones.
- Apoyo a las víctimas.
- Tolerancia cero ante el acoso y la intimidación.


Profesores
- Orientación sobre indicadores de detección e intervención.
- Pautas de actuación.
- Sensibilización.
- Prevención de posibles situaciones.
- Apoyo a las víctimas.
- No tolerancia con el acoso y la intimidación.
- Atención a las familias.


Familias
- Sensibilización.
- Prevención y detección de posibles situaciones.
- Formación en el apoyo a las víctimas.
- No tolerancia con el acoso y la intimidación.
- Estas intervenciones se llevarían cabo en colaboración y actuación conjunta con otras entidades y organismos.
- Se haría un seguimiento del plan de actuación a través de reuniones individuales con los alumnos afectados y las familias, en las que se valoraría las medidas adoptadas y en el caso de que fuera necesario.
- Cabría la posibilidad de aplicar cuestionarios de recogida de información para saber la situación del momento con respecto al suceso.
- La comisión de convivencia creada para el caso, sería informada y podría ser requerida en el caso de que la situación no se hubiera solventado de la manera adecuada.
- La dirección del instituto informaría al inspector que supervisaría todos las actuaciones que llevarían a cabo.

Absentismo Escolar:

La constatación de que el Absentismo Escolar es un problema educativo que de no solucionarse a tiempo puede acabar convirtiéndose en un grave conflicto de índole social, ha llevado a la Administración a plantearse la necesidad de adoptar medidas que eviten que sus consecuencias lleguen a producirse. Unas medidas que no se limitan al campo educativo, sino que involucran también a otras esferas de la acción pública, especialmente a aquellas relacionadas con la gestión de los asuntos sociales.

El proceso de intervención debería de constar de las siguientes etapas:

Localización: es la primera etapa del proceso y resulta especialmente intensa en el primer trimestre escolar.


Admisión: en esta fase se decide qué alumnos serán seleccionados para ser investigados. Se seleccionan los casos considerando si su porcentaje de Absentismo Escolar es igual o mayor del 25% y que no estén siendo objeto de intervención por ningún otro servicio social.

Indagación: respecto a los alumnos admitidos se investiga aquellos factores que pueden estar influyendo en el Absentismo Escolar desde los tres orígenes siguientes: familiar, escolar y social. La información recogida en esta etapa permite definir las causas más determinantes del Absentismo Escolar para centrar la intervención. La experiencia acumulada ha permitido ir detectando ciertos rasgos y factores bastante comunes, que ha conducido a una clasificación de las causas más representativas. Dicha clasificación facilita una valoración más objetiva de cada caso individual.


Mediación: a partir de la selección las causas que más están incidiendo y favoreciendo la conducta absentista, se procede a materializar las actuaciones concretas para lograr que remita. Se trata de modificar aquellos indicadores que reflejan los aspectos negativos detectados. Los resultados se obtienen de forma lenta, por las gran obstinación de la persona o la familia a cambiar sus conductas, su forma de organizarse, sus costumbres, valores, etc.

Valoración: siguiendo el esquema trazado en el Plan de Mediación debemos de realizar la correspondiente evaluación comparando la situación inicial con la final, para observar las desviaciones acaecidas. A partir de esta evaluación se determinará si las causas han desaparecido o persisten, pudiendo darse la intervención por concluida o bien implementar acciones correctoras.


Control y Regulación: aunque no existan modelos universales para controlar y regular el Absentismo Escolar, ya que cada Centro Escolar debe identificar su problema específico (causa–efecto ) y elaborar su estrategia concreta, para un mejor seguimiento y control. El Absentismo Escolar es conveniente establecer un conocimiento continuo sobre la naturaleza, lugar y valoración del mismo en el Centro Educativo.

El conjunto de medidas a aplicar cuanto más coordinadas estén entre sí, mejores resultados aportarán. Para ello, se debe de trazar un plan armónico que comprenda decisiones de todo tipo, por ejemplo: intervenciones de carácter familiar, social, psicológicas, formativas, etc.

En esta etapa se espera que los cambios obtenidos durante el proceso anterior se consoliden. Por tanto, ahora la finalidad no es tanto producir nuevos cambios en la familia, sino observar en qué medida se han generalizado e interiorizado los nuevos patrones de conducta adquiridos.

1º) El tutor/a, a través del registro diario de asistencia, identificará el problema y anticipará medidas preventivas. Si en este seguimiento se comprobara que existe un número suficiente de faltas que pueda ser motivo de preocupación se informará a la Jefatura de Estudios del Centro Educativo.

2º) La Jefatura del centro citará a la familia a una entrevista para informarles de la falta de asistencia a clase de su hijo y de las consecuencias que pueden derivarse de esa situación.

3º) En el caso de no resolverse con la actuación anterior, la dirección del centro solicitará a los responsables del Servicio de Orientación un informe técnico y un programa de intervención con el alumnado y su familia.

4º) En los casos en los que existan antecedentes o cuando persista la situación de absentismo, la dirección del centro informará a la comisión de absentismo para que proceda a tomar las decisiones y definir las estrategias de intervención.

5º) Cuando se aprecie por la comisión la posible negligencia en la atención educativa del menor, se notificará a los responsables de los Servicios Sociales Municipales y a la Delegación Provincial de Bienestar Social para que se valore la posible situación de riesgo, según la Ley del Menor.

6º) Debe hacerse cumplir la norma coercitiva a través de la policía local, el ayuntamiento o la fiscalía de menores; en los casos en que las demás medidas tomadas no hayan dado fruto.

7º) Que se agilicen los trámites para derivar a menores en situación de riesgo hacia el juzgado de Menores y que se dé la máxima difusión a los procedimientos a seguir en caso de detectarse situaciones de abandono familiar, malos tratos, etc.

8º) Cada Administración, Institución, Organismo, etc. deberá nombrar a una persona responsable del Absentismo Escolar, que será la encargada de coordinar todas las actuaciones que le atañen en su ámbito correspondiente.

9º) Esta estructura provincial se trasladará a las comarcas, barriadas o zonas donde exista esta problemática; de manera que existan tantas comisiones de Absentismo Escolar de zona como sean necesarias para materializar en sus demarcaciones las correspondientes intervenciones.

10º) Se reunirán también de forma trimestral o cuantas veces lo consideren oportuno sus miembros y contará con una persona responsable por cada Organismo, Institución, etc.


Fracaso Escolar.

Parece claro que en el caso de un fracaso escolar primario y habitual, se deberá realizar una exhaustiva exploración médica y psicológica del niño, que descarte algún tipo de trastorno específico, o la existencia de un problema lecto-escritor, déficit de atención, bajo nivel intelectual, etc, para poder tomas las medidas oportunas, estableciendo un diagnóstico precoz que es fundamental en muchos casos.

El caso del fracaso escolar circunstancial las medidas a tomar son en primer lugar analizar todo el grupo (padres, educadores, equipo psicopedagógico etc.), las circunstancias concretas que hayan podido motivar la desgana o apatía de ese alumno, como las cuestiones personales, sobre todo en la adolescencia, problemas con el sexo opuesto, novios, sentimientos de inferioridad o inadecuación.

Durante toda esta etapa no es difícil encontrar problemas de ansiedad, depresiones, miedos y complejos, consecuencia lógica de la etapa evolutiva que presentan y que serán más acusados, cuanta más desinformación tengan sobre esta etapa, padres y educadores.

Analizar si las circunstancias familiares, atraviesan una etapa especial que puede haber afectado al chico, o son demasiado exigentes o perfeccionistas, o bien si existe un ambiente malo para el estudio.

También debe averiguarse si ha existido por parte de algún miembro de la comunidad educativa críticas o humillaciones, por parte de algún docente y de los propios compañeros, que hayan minado el interés del alumno.

Por otra parte, todos sabemos que la socialización es importante. No es raro, que un chico suspenda el curso cuando cambia de centro, o bien cuando tiene problemas de relación con los demás, si carece por tanto de habilidades sociales. Habría que analizar también este contexto. Una vez hallada la causa se debe encontrar una solución para paliar la situación.

En el caso de que la causa esté en la comunidad educativa abordando inmediatamente el problema para tratar de solventarlo y si es necesario realizar un cambio de centro.

No se debe olvidar las herramientas fundamentales e imprescindibles para conseguir un buen trabajo: son las famosas técnicas de estudio que facilitarán un buen rendimiento. Los puntos principales son los siguientes:


· Forma física para el estudio: una correcta alimentación y un descanso adecuado, el estudiante necesita cuando es mayor más de 8 horas de sueño, y cuando son más pequeños aún más horas de descaso. Considero también importante para su equilibrio psicofísico, la realización de algún deporte.

· Entorno adecuado: Sitio donde no haya muchas interrupciones, en el que tenga espacio físico para realizar sus cosas, con un ambiente normal a su alrededor, con una familia en la que se respeten los tiempos de ocio y de trabajo. Es muy importante que el adolescente disponga de un espacio propio para desarrollo personal.



APORTACIÓN PERSONAL.

Cierto es que mi introducción al tema ha sido bastante personal, pero me gustaría, al final de cada entrada sobre las exposiciones, mostrar mi humilde opinión personal ante el tema.

Pero… ¿Qué opinión se puede tener ante una situación tan lamentosa y deleznable?
Evidentemente, la del horror y el rechazo. El abuso de poder y el castigo continuo a un igual sin razón ni motivo es algo a combatir y desde muy diversos frentes.

Es por ello, que lo que a mí me gustaría resaltar es la importancia que tienen en estos casos los ya nombrados espectadores; así como, y un muy alto grado, los profesores y respectivos padres.

Soy de las que piensan que un profesor debe “aprovecharse” de su situación y no limitarse a enseñarnos a leer y escribir. Un profesor tiene la capacidad de influir en la vida de niños y de jóvenes que se están conociendo a sí mismos y aún no saben quiénes son. Un profesor debe preocuparse por sus alumnos más allá del suspenso o el aprobado, para que así, cada alumno se sienta preparado para contar con su tutor en el momento que lo precise.

En cuanto a los padres del acosado, papel que no le deseo a nadie, creo necesario crear lazos resistentes en el hogar, pues muchas veces las víctimas del bullying se rigen por la Ley del Silencio y no se sienten con fuerzas para decir en voz alta qué les está ocurriendo. Apoyo, afecto y comprensión son actitudes necesarias, desde mi punto de vista, en situaciones de esta índole.

Y no menos complicada es la actuación de los padres de los acosadores, creo firmemente que el niño o niña que acosa y practica bullying no es más que otra víctima. Las razones que llevan a un ser humano a aprovecharse de otro de una forma tan rastrera y cobarde tienen que estar motivadas por algunas causas considerables. En mi opinión: divorcio de los padres, poca comunicación en el hogar, falta de atención y/o afecto… Es conocido por todos que cuando a un padre se le comunica que su hijo está acosando al otro, en la mayoría de los casos, la postura de éstos es la de la negación o la de “pues algo le habrá hecho a mi hijo/a para que se comporte así”. Personalmente, creo que deben afrontar su parte de responsabilidad y trabajar para que el niño o niña en cuestión cese con el maltrato y reciba la ayuda necesaria.

No quiero terminar sin decir que lo más importante es que todo aquel que alguna vez haya creído ver señales de acoso o maltrato no se achante, no tenga dudas y sea valiente: GRÍTALO!! Quizá te equivoques… o quizá salves a una persona de un sufrimiento inncecesario.

Para terminar, os dejo la letra de la canción "Sin nada debajo de tus pies" de Manuel Garrido Ibañez, en honor a Jokin:

No fuiste un cobarde
habria sido más fácil llorar, lamentarse
arrojarte a sus pies
por eso quisiste morir libremente
allí todo el mundo cumplió su deber

Volando en bicicleta como el niño de Spielberg
y sin nada debajo de tus pies
Cruzando los aires como una cometa
y sin nada debajo de tus pies

Yo quisiera saber sus nombres
Yo quisiera saber el por qué
de la carta, de los golpes, de los cómplices silencios,
de la clase envuelta en el papel
de la carta, de los golpes, de los cómplices silencios,
de la clase envuelta en el papel

Volando en bicicleta como el niño de Spielberg
y sin nada debajo de tus pies
Cruzando los aires como una cometa
y sin nada debajo de tus pies

Y sin nada debajo de tus pies
Y sin nada debajo de tus pies

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